Me llamo José Antonio y soy agricultor desde que tengo memoria. Nací en Ugéjar, un pueblo donde la tierra se cuida como parte de la familia. Aprendí todo lo que sé trabajando codo a codo con los míos, respetando el ritmo de cada estación y el valor de cada semilla.
Trabajo con respeto por la tierra y por quien la va a disfrutar. Cada verdura la cultivo como si fuera para mí. Solo recojo lo que está listo, solo ofrezco lo que está bueno. No uso grandes palabras ni fórmulas secretas: solo dedicación, constancia y cercanía.
Esto no lo hago solo. Este proyecto crece en familia, con manos que trabajan juntas y con un amor profundo por el campo. Cada verdura que cultivamos lleva una parte de nuestra historia y mucho cuidado para que llegue a ti como debe ser: fresca, honesta y llena de sabor.
Mi forma de trabajar no busca hacer mucho, sino hacerlo bien. Cada verdura que cultivo lleva tiempo, cuidado y cariño. No me interesa correr, me interesa que cuando la pruebes, notes la diferencia.
Trabajo la tierra todos los días, haga sol o viento. No es solo un oficio, es una forma de vivir. Y ese compromiso se refleja en cada cosecha que llega a tu cocina.
No uso atajos, ni productos artificiales. Lo que recojo, lo recojo a mano. Lo que ofrezco, es lo que hay. Así es como me enseñaron y así sigo trabajando.
Aquí no hay intermediarios. Hablas conmigo, sabes mi nombre, sabes de dónde sale lo que comes. Para mí, cultivar es también conectar contigo, sin rodeos.